¿Reserva ovárica?

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6/29/20252 min leer

Reserva ovárica: lo que toda mujer debería saber para cuidar su fertilidad

Una de las conversaciones más importantes —y muchas veces postergadas— que tengo en el consultorio con mujeres de entre 30 y 40 años gira en torno a la fertilidad. No necesariamente porque estén buscando un embarazo en ese momento, sino porque empiezan a preguntarse cuánto tiempo más tendrán “posibilidades reales” de ser madres.

Es ahí donde aparece un concepto clave: la reserva ovárica.

La reserva ovárica no es otra cosa que la cantidad de óvulos que tiene una mujer en un momento determinado de su vida. Y también, aunque menos conocido, su calidad.
A diferencia de los hombres, que producen espermatozoides de forma continua, las mujeres nacen con una cantidad fija de óvulos que va disminuyendo con el paso del tiempo. Esta caída es natural, pero se acelera a partir de los 35 años y se vuelve más pronunciada después de los 38. Esto no significa que sea imposible quedar embarazada después de esa edad, pero sí que la ventana de fertilidad se va acortando.

Conocer tu reserva ovárica no es una alarma, ni una presión. Es información.
Y como toda buena información médica, sirve para anticiparte, planificar y tomar decisiones con libertad.

Muchas pacientes se sorprenden cuando descubren que es posible medir su reserva ovárica con estudios simples y accesibles. Generalmente, se utiliza:

  • Una ecografía transvaginal, donde se realiza el recuento de folículos antrales (óvulos visibles al comienzo del ciclo)

  • Un análisis de sangre para medir la hormona antimülleriana (AMH), que da una estimación del potencial ovárico actual

Con estos datos podemos tener una idea bastante precisa del punto en el que estás y orientar juntos los pasos a seguir. Algunas mujeres, al saber que su reserva es baja, deciden iniciar la búsqueda del embarazo antes de lo previsto. Otras optan por preservar óvulos para el futuro. También están quienes simplemente quieren tranquilidad y control.

No hay una única respuesta, ni una receta válida para todas. Lo que sí hay es un enfoque personalizado, respetuoso de tus tiempos, tu historia y tus proyectos.

Mi consejo: si tenés entre 30 y 40 años, no estás buscando embarazo todavía, pero en algún momento te gustaría ser madre, no dejes pasar la oportunidad de hacer una consulta sobre tu fertilidad. A veces, una conversación a tiempo cambia el rumbo de una historia.

Dr. Daniel Wajsfeld
Ginecólogo